El Artista de Servilletas
Artista-Periodista
Mientras “jangueaba” (spanglish por “pasar el rato”) con amigos en alguna taberna de Takoma Park o Silver Spring, en Maryland, dibujaba las escenas que estaban frente a él, mientras todos comían y conversaban. Lo mismo hace ahora, después de 23 años, cuando se reúne con sus colegas de la Liga Latina de Arte de Washington DC. Su médium: lapicero, en servilletas de papel.
Alfredo Ortiz se emociona cuando dice “El Mundo es mi marco y la gente, mis modelos”. Las escenas que pinta son espontáneas, improvisadas, calmadas, con hombres y mujeres conversando, viendo televisión, tocando la guitarra, “jangueando” dice él como buen puertorriqueño. También ha dibujado el funeral de su abuela y de su tío. Sus escenas no son festivas o con personas en situaciones agitadas. Sus composiciones son caprichosas. Lo que hace Alfredo es llenar los espacios con figuras. No trata de reproducir una situación exacta, sino que transmite el momento, los gestos, el ambiente y lo inmortaliza en su obra sin respetar mucho la perspectiva y la proporción de los elementos. Su obra es un todo, una sola emoción.
El artista nació en Río Piedras de San Juan Bautista de Puerto Rico a finales de la segunda guerra mundial, “en un estado de pobreza extrema en la isla y en todo el mundo”, recalca. “Me Llevaron a New York City a los 5 años de edad y allí pasé toda mi juventud. Por eso me considero del Bronx, NYC”, aclara.
Cuenta Alfredo que en el pasado pintaba pasteles y óleos, eran esos tiempos en los que exponía sus trabajos en exhibiciones grupales en el Museo del Barrio de Nueva York cuando todavía no estaba ubicado en la Quinta Avenida. En 1980 vendió una de sus obras por mil dólares a una amiga que conoció en esa ciudad, pero la pintura le gustaba tanto que después de un tiempo ofreció pagar dos mil para tenerla de vuelta. La oferta fue rechazada y Alfredo perdió de vista a la coleccionista. Ahora quiere buscarla a través de ese mundo extraño y mágico, que él no entiende: el Internet.
Alfredo tiene su propio lenguaje. A sus dibujos los llama garabatos, sin embargo cada uno de sus personaje tiene un nombre propio, con apellido materno y paterno, como todo latinoamericano. En los espacios entre las figuras escribe fechas, nombres de lugares, de personas, de acontecimientos y también escribe sus pensamientos e impresiones del momento. Alfredo es un documentalista de a pie, un paparazzi a mano de anécdotas ocurridas de día o de noche, en un lugar determinado del mundo.
También ha llamado a su obra “arte rupestre y cavernícola” porque dibujar en servilletas con cualquier bolígrafo no le toma horas, ni le cuesta dinero, pero “las servilletas deben ser de buena calidad para que la obra perdure”, dice. Lo que le preocupa a Alfredo es, “¿cuanto tiempo va a durar mi obra?”. Hasta el momento, sus dibujos más antiguos en servilleta de papel, enmarcados desde 1995, se encuentran en excelente condición.
Alfredo ha visitado los museos más importantes de cada continente y recuerda exactamente en qué ubicación se encuentra cada obra de los grandes maestros, y qué emoción le causó cuando la vio. Admira a Aldo Raimundi, Cizañen, Goya, El Greco, Rembrant, Sorolla, Guayasamin, Miguel Angel, entro otros, y de ellos ha visto sus impresionantes obras maestras originales. Al que admira más, es a un dominicano llamado Isidro Aykbar, a quien conocio en el barrio latino De NYC. En New York City tambien se tropezo varias veces con Warhol y Jean-Michel Basquiat, pero no les habló “porque no tenía nada que decirles”.
“El arte es la forma más inmediata y primitiva en la comunicación entre los seres humanos. Es más fácil y aceptable para un niño dibujar un paisaje, un cielo y un sol que explicarlo”, finaliza.
Gracias Alfredo por tan agradable e interesante entrevista!
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